LUIS ROJAS

 

MARÍA  (BUENOS AIRES, 21 DE NOVIEMBRE DE 2019)

La Esperaa mis dos hijas...

La espera o el arte de demorarse

 

"El tiempo,  las pausas, el ritmo, los sonidos, el silencio, el diálogo, la belleza y la austeridad de la espera como imágenes del hombre o la mujer esperando transformadas en música."

 

Laura García Vázquez

 

Si alguien está esperando, generalmente es porque algo o alguien se demora. Esta bella obra transcurre entre el tiempo del que espera y el tiempo del que se demora. O, si se prefiere, transcurre entre los tiempos de espera y de demora. Creemos que esta es la principal razón por la que su duración no coincide con la que imaginamos escuchándola.

 

Varios recursos del compositor se armonizan logrando este resultado. Estos son: primero, la sensación con respecto a la velocidad consiste en creer que la música debiera ser más rápida que lo que escuchamos, por lo que pareciera que los intérpretes, se demoran y el público, espera; segundo, el clima de incertidumbre creado por los motivos melódicos que se suceden y que no se anticipan en nuestra imaginación; y, por último, el papel destacado de los silencios, que, recordamos, son materiales de la música con la misma jerarquía que los sonidos, es decir, no sólo rodean a éstos sino que ocupan en sí mismos un espacio de tiempo, en otras palabras, los silencios son parte de la música.

 

‘La espera’ es también, un bello diálogo entre los dos instrumentos, el violín y el piano. Y este diálogo la convierte en una composición que resguarda y protege cierta intimidad con el público.

 

Se despliega un abanico muy amplio, en esta obra musical, que abarca la distancia entre los silencios y los sonidos plenos de resonancia.  Es en esa sucesión de pasajes inesperados que transcurre el tiempo (objetivamente) breve de la música, un tiempo extendido increíblemente por la sensación fuertemente presente, de que aguardar en permanente y atenta escucha lo que viene, es necesario. En este caso, ‘La espera’, más que necesaria se torna imprescindible.

MAGDALENA  (BOLÍVAR, 25 DE AGOSTO DE 2013)